Si su sensibilidad artística se lo permite, visite el palacio de Los Marqueses de Almanzora
... Albox. Una vez en la ciudad, continuaremos descendiendo su rambla, hasta la conexión con el Río Almanzora, cruzando la carretera que se dirige a Baza y Purchena. El objetivo de nuestro destino es el pueblecito de Almanzora. Desde este punto, nuestro viaje no abandonará el lecho del río, excepto por los recorridos opcionales que se plantean hacia las laderas montañosas, que la enmarcan por completo hacia el norte y el sur. Todos los cultivos mediterráneos encuentran en estas feraces tierras una idónea proliferación. Al fondo, las cumbres de la Sierra de Los Filabres, comienzan a ganar altura sobre el horizonte.
Atravesamos la vía abandonada del ferrocarril y entramos en la localidad de Almanzora, aneja de la cercana Cantoria. El viajero, amante de su pasado e historia, tiene aquí un bello y triste recuerdo contemplando el palacio de Los Marqueses de Almanzora.
Si su sensibilidad artística se lo permite, descienda del vehículo y acérquese a contemplar lo que fue un bello palacio neoclásico, del XIX. Para algunos, el más bello ejemplo de este tipo de arquitectura de toda Almería. De su antiguo esplendor quedan sus alas laterales, su patio y sus dependencias, aún adornadas por pinturas y parte del mobiliario. El resto ha sucumbido al mayor destrozo, vandalismo y abandono que hayamos podido contemplar en la provincia. La visita, permite admirar la grandeza de su suntuoso pasado pero, por lo menos a los autores, les entristeció el ánimo, por lo que no lo recomendamos. Justo detrás de esta edificación, discurre la cuenca del río en toda su magnitud, ajena en estos momentos a las trágicas avenidas de su historia.
Abandonaremos, ya, estos parajes para continuar hacia Cantoria. Los restos de la antigua estación del ferrocarril adornan un tramo de las vías, recordándonos que estas instalaciones abandonadas constituyen un enorme potencial, que pudiera ser puesto en valor, transformado en albergues, centros de información, restaurantes... de una posible y sugerente "vía verde".
Naranjos y limoneros adornan con su verde brillante nuestro recorrido, dejando atrás, a la izquierda el yacimiento romano de Piedra Illora.
FUENTE:
indalia.es/turismo/terecomendamos/rutas/13366/#perderse
Atravesamos la vía abandonada del ferrocarril y entramos en la localidad de Almanzora, aneja de la cercana Cantoria. El viajero, amante de su pasado e historia, tiene aquí un bello y triste recuerdo contemplando el palacio de Los Marqueses de Almanzora.
Si su sensibilidad artística se lo permite, descienda del vehículo y acérquese a contemplar lo que fue un bello palacio neoclásico, del XIX. Para algunos, el más bello ejemplo de este tipo de arquitectura de toda Almería. De su antiguo esplendor quedan sus alas laterales, su patio y sus dependencias, aún adornadas por pinturas y parte del mobiliario. El resto ha sucumbido al mayor destrozo, vandalismo y abandono que hayamos podido contemplar en la provincia. La visita, permite admirar la grandeza de su suntuoso pasado pero, por lo menos a los autores, les entristeció el ánimo, por lo que no lo recomendamos. Justo detrás de esta edificación, discurre la cuenca del río en toda su magnitud, ajena en estos momentos a las trágicas avenidas de su historia.
Abandonaremos, ya, estos parajes para continuar hacia Cantoria. Los restos de la antigua estación del ferrocarril adornan un tramo de las vías, recordándonos que estas instalaciones abandonadas constituyen un enorme potencial, que pudiera ser puesto en valor, transformado en albergues, centros de información, restaurantes... de una posible y sugerente "vía verde".
Naranjos y limoneros adornan con su verde brillante nuestro recorrido, dejando atrás, a la izquierda el yacimiento romano de Piedra Illora.
FUENTE:
indalia.es/turismo/terecomendamos/rutas/13366/#perderse
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